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LA FAMÍLIA FIGUERAS HA ESTADO HISTÒRICAMENTE ESTRECHAMENTE LIGADA AL MOVIMIENTO CULTURAL Y ARQUITECTONICO DEL MODERNISMO EN BARCELONA

Arior nace el año 1968, de la mano del pintor, escultor y joyero Jordi Figueras i Bas ( Barcelona, 1942). Su trayectoria comienza en 1957, cuando inicia su formación artística en la Escuela Massana modelando barro. Estudios que combina entrando como aprendiz al antiguo taller de joyería de Serrahima.
Después de pasar por diferentes talleres de joyería, decide abrir un pequeño taller al barrio de Gracias, donde comienza a diseñar, fabricar y distribuir sus propias joyas.
El color, las formas y la inspiración gaudiniana de sus primeras colecciones no son casuales.
La familia Figueras ha estado históricamente estrechamente ligada al movimiento cultural y arquitectónico del Modernismo de Barcelona.
Prueba de ello es la casa Figueras, conocida como Torre Bellesguard. Comprada por la bisabuela del Jordi, Maria Sagués i Molins bajo la firma de testigo de Antonio Gaudí al año 1900. Sus hijos, el abuelo y el tío abuelo del Jordi, Francesc y Jaume Figueras i Sagués, gracias a la relación de amistad que mantenían con Gaudí, le encargaron que diseñara su casa de verano sobre esta antigua fortaleza originaria de 1410, donde estableció su residencia Martí I el Humano, el último rey catalán de la Corona de Aragón. 

Este edificio está considerado como la obra más personal e intimista de Gaudí, pues la relación que mantenían la familia Figueras con el genial arquitecto iba más allá del puro mecenazgo económico.

Los hermanos Figueras y Sagués teniendo un profundo sentimiento religioso y artístico, formaron parte del Círculo Artístico de St.Lluc, como socios Protectores desde 1896. Esta agrupación aspiraba a crear una comunidad de artistas que entendía el arte como una verdadera misión con una profunda connotación religiosa, dentro de de un marco ideológico comprometido con el matiz catalanista. Este círculo estaba ligado a la escuela Lenz a Beuron y en la Liga Espiritual de la Virgen de Montserrat, relación de la que nacen las directrices en las que Gaudí se basó para diseñar su arquitectura, directrices que según diferentes teorías, Antoni Gaudí conoció gracias a su amistad con la familia Figueras y por una entidad vinculada al Círculo Artístico de Sant Lluç, a los Amics de l’art Litúrgic, que tenía como Objetivo defender la renovación de las artes aplicadas al culto sagrado.
Con este encargo, la familia Figueras se consolida como mecenas de este «nuevo arte», como impulsores de una nueva identidad arquitectónica y cultural en Cataluña, que complementan con la decoración de las fachadas de sus tiendas.

El inicio lo encontramos en 1820 cuando Jaume Figueras i Bonastre crea una industria de pastas de sopa que al 1840 se traslada a la Rambla 83 (actual Pastelería Escribà).
Uno de sus hijos, el bisabuelo del Jordi, Jaume Figueras i Barrulls con la ayuda de su mujer, María Sagués, dinamiza la empresa y diversifica el negocio. En 1902, los hijos del matrimonio Figueras i Sagués (el abuelo y el tío abuelo del Jordi) quisieron poner al día la imagen de la tienda de las Ramblas, conocida como la Antigua Casa Figueras. Para esta obra contactaron con los mejores profesionales de la época, entre los cuales se encontraban el escenógrafo Antoni Ros i Güell y el mosaicista Mario Maragliano entre otros.
Casi al mismo tiempo se realizó también la decoración de la fachada de la otra tienda de pastas de sopa en la calle del Carme, descubierta recientemente (año 2016). Con mosaicos realizados por los mismos artistas que trabajaron en la fachada de la otra tienda.

Gracias a la relación de la familia Figueras con las corrientes intelectuales y artísticas de la época, su actividad empresarial ha quedado ligada por siempre al movimiento modernista de principios del siglo XX. Y no solo con la figura de Gaudí, sino también con diferentes artistas de la época, y grandes pensadores como Ángel Guimerà, Pau Casals… entre otros.

Todas estas influencias están presentes en la manera de ver el arte y la joyería de Jordi Figueras, y así es como le ha transmitido a su hijo, Roger Figueras, que coge el relevo de la empresa a partir del año 2006, aportando aire fresco y un sistema de trabajo participativo. Cada pieza nace y se desarrolla dentro de la empresa (diseño,fundición,acabados,esmaltado…). Pero lo principal, lo que ha posicionado a Arior en el sector y lo que nos define ha sido la capacidad de absorber toda la tradición artesanal, asimilarla y redefinirla gracias a la inquietud y el afán por innovar constantemente.
Con más de 50 años de experiencia, ARIOR se encuentra presente dentro del mercado nacional e internacional. Nuestra calidad posiciona nuestras joyas dentro del sector, piezas sofisticadas con carácter propio, donde encontrareis un ápice de naturaleza y esa pizca de creatividad artística que aderezamos a base de grandes dosis de conocimiento técnico y de oficio junto con una tradición artesana de años, que nos avala más allá de nuestras fronteras. Tenemos un pasado que nos enorgullece y un futuro que nos ilusiona, somos un equipo cohesionado que evoluciona conjuntamente y mira hacia el futuro y los nuevos proyectos sin miedo y con mucha energía.